“El toro no es un animal para nosotros; es muchísimo más: un símbolo, un tótem, una aspiración, una eucaristía con los de alrededor y los antepasados. Al toro lo pulimos, lo alimentamos, lo sacralizamos, lo picamos, lo banderilleamos, lo matamos, lo aplaudimos o pitamos tras su muerte, lo descuartizamos, nos lo comemos y lo poetizamos y lo pintamos y lo musicamos. Quítese el toro de aquí y veremos qué queda. ¿Nos reconoceríamos sin la pasión en su pro o en su contra?” Antonio Gala

lunes, 22 de diciembre de 2008

FELICES FIESTAS Y PRÓSPERO 2009

- Hola don Pepe.
- Hola don José.
- Que raro se me hace el que ya esté usted aquí...
- ¿Raro?... ¿Por qué?
- Porque la puntualidad y usted están reñidos desde que le conozco. Es la primera vez que ocurre... y ya hace unos cuantos añitos que...
- Es que hoy, don José, por primera vez desde que le conozco, el autobús a llegado a su hora...
- Menos guasa, don Pepe... ¿Y qué hace usted enfrascado con la lista de la lotería? ¿Le ha tocado algo?
- Nada de nada, ni una mísera pedrea... y con tantos números, y tan minúsculos, no hay quién los encuentre.
- Bueno... lo importante es que no falte la salud. A mi tampoco me ha tocado nada este año... nada de nada... Pero esa forma de mirar los números premiados ya ha pasado a la historia, don Pepe, a mí me pasaba lo mismo, pero con Internet es muy fácil, se escribe el número en una casilla y los euros que...
- Ya está usted con Internet, ahora todo se hace con Internet, Internet arriba, Internet...
- No sea cerril, don Pepe, los tiempos avanzan a velocidad de crucero y no podemos quedarnos anclados en el pasado, debemos ir con ellos, y utilizar las bondades de los adelantos técnicos y sus aplicaciones para poder llevar una vida más cómoda y acceder a la información de forma instantánea .
- ¡No le digo, don José! Cualquier día me viene usted con una gorra ladeada en la cabeza, unos cascos en las orejas y una mochila en la espalda con el ordenador portatil, la PDA y el Mp3.
- ¡Venga ya, don Pepe!... Y dígame qué quiere tomar usted.
- Que nos pongan una botellita de ese vinito blanco que ya sabe el camarero... y unas gambas.
- ¿No será mucho una botella para los dos solos?
- ¡Qué va a ser mucho, don José!... Bebamos... que un día es un día.
- Me acuerdo del año pasado, don Pepe. Llegué a casa un poco mareado y a mi hija no le sentó nada bien y, para mi costumbre, no quise ni cenar.
- Es que usted, el año pasado, iba un poco más que mareado, iba tan borr...
- ¡Yo nunca he llegado a tal extremo!... Bueno, antes... alguna vez, cuando era más joven, si que... pero borracho no. Iba contento, alegre... lo normal en estas fechas.
- Pues eso, que nos pongan la botella, un par de vasos... y unas gambas.
- ¡Sea!... que un día es un día.
- ¿Y que me dice de lo visto en "La Misericordia" el pasado domingo, don José? ¿Supongo que le gustaría Pepe Mayor?
- Por poco me congelo, don Pepe... ¡Qué frío! Pero mereció la pena. Como toreó el de "Turiaso".
- ¿El de dónde?
- Turiaso, es el nombre antiguo de Tarazona, así la llamaban los romanos, larga es su historia historia, ya...
- Déjelo, déjelo... No se canse con tanta historia, don José... a lo que estábamos. ¡Sí! Me gustó el de Tarazona, toreo como se debe de torear: presentándole la muleta plana, citando desde lejos, cargando la suerte cuando el novillo ya había comenzado su viaje, templando la embestida sin dejarse enganchar el engaño, rematando atrás y quedándose dispuesto para ligar el siguiente pase... De esa forma ejecutó varias tandas y en todo momento estuvo por encima de su enemigo. Pocos toreros han toreado con esa pureza este año en "La Misericordia", el único pero es que el novillo, de la clase bobo y colaborador, que le correspondió era...
- ¡Era un Festival, don Pepe! ¿Qué quiere usted? El turiasonense, según se dijo por cerca de mi localidad, torea una o ninguna vez al año y vino a Zaragoza dispuesto a triunfar. Tuvo la serenidad, a pesar de sus escasos festejos, de ver la nobleza del novillo y torear según mandan los cánones.
- Y eso es algo de agradecer, ya lo he reconocido. Y otra cosa le voy a decir, don José, demostró más ilusión que muchos de los jóvenes que aspiran a ser toreros. Lo que quiero es verlo en una novillada de verdad en el primer ciclo. Se lo ha ganado, y es de justicia.
- En eso estoy con usted, don Pepe. Yo no tenía ninguna referencia, ni conocía su historia, y me dejó impactado y, como usted dice, me quedo con las ganas de verlo en una novillada picada en la primavera zaragozana, espero que así sea y que lo anuncien en los carteles.
- ¿Y que me dice de Raúl Aranda?
- Estuvo colosal, como en los mejores tiempos, sobre todo en el recibo con el capote, llevándose el novillo hasta los medios y rematando con esa media verónica tan personal. Además está en muy buena forma, como para volver a los toros, como le soltó un espectador cercano a mi localidad después de una tanda más que aceptable con la muleta.
- Pero la chota que le tocó en suerte... sin fuerza, ni cuernos.
- ¡Era un utrero!.
- ¿Utrero? Anda ya... Debía de llevar usted puestas unas lentes de aumento... Aunque debo de reconocer que, pasando por alto lo del ganado, estuvo bien y dejó gotas de la torería que siempre tuvo. Estuvo más que digno.
- Que estamos en Navidad, don Pepe... Bebamos tranquilos y en paz que ya tendremos tiempo, en la temporada que se avecina, para debatir sobre nuestras discrepancias, además, después de la temporada tan decepcionante de las ganaderías de su predilección, espero que no tarde en darse cuenta de su error, porque esos toros, los que a usted le gustan, no sirven para hacer el toreo artístico, espero que...
- Pare el carro, don José, que solicita la paz navideña y me lanza un directo al mentón con esa diatriba sobre los toros ilidiables que me gustan. En primer lugar, no son ilidiables, sólo que para torearlos se necesitan toreros que hagan honor al nombre de su profesión y, además de conocimientos, tengan vergüenza torera y honradez profesional, y de esos cada vez quedan menos en el escalafón. La pantomima que a usted le pirra, sera más o menos bonita y estará mejor o peor ejecutada, pero nunca tendrá la importancia de lo que se le hace a un toro íntegro y de verdad. Y en...
- No pretendía yo una reacción así de su parte, pero...
- Pero es que usted, tan educado como parece, siempre está tocándome las p...
- Vale, vale. Bebamos en paz. Que nos saquen otra botellita... y unas gambas.
- Y que dirá su hija cuando lo vea entrar por la puerta en condiciones poco...
- Deje a mi hija en paz, que ya me las arreglaré yo con ella. Lo que deberíamos hacer, don Pepe, como el año pasado por estas fechas, es felicitar, en estas entrañables fiestas, a nuestros lectores.
- Tiene razón, don José: felices fiestas, que el 2009 sea venturoso para todos y que, si un año más, no nos toca la lotería, hayamos tenido la suerte de llegar a ese día con salud.
- Me adhiero íntegramente a sus palabras, don Pepe. Felicidad y salud para todos.
- Se acuerda usted de aquel villancico... ¿Cómo decía?... algo del chocolate, el molinillo y su anafre...
- ¡Sí! Ya me acuerdo. ¿Cómo empezaba? Lo interpretamos con la Coral del Club... ¡Ya! Ya lo recuerdo, don Pepe. Cante conmigo que seguro que en cuanto empiece se acuerda de tirón...
Hacia Belén va una burra, rin rin,
yo me remendaba, yo me remendé,
yo me eche un remiendo, yo me lo quite,
cargada de chocolate...

lunes, 15 de diciembre de 2008

LA GRAN FAENA DE PEPE MAYOR

Suele ser costumbre en los Festivales Taurinos colocar, cerrando el cartel, a un novillero, normalmente un joven aspirante que ha destacado, que apunta buenas maneras y al que se le brinda una oportunidad. Eso mismo ocurrió en el celebrado el pasado domingo en Zaragoza. Cerrando el cartel, en octava posición, se anunciaba un novillero de la tierra, Pepe Mayor, de Tarazona, un joven con una edad comprendida entre los cuarenta y los cincuenta años, pero con mucha más ilusión que cualquiera de los jóvenes que aspiran a ser toreros.

De este dato me enteré después, a lo largo de su actuación. Nunca antes había oído hablar de él, ni sabía de su existencia. Yo me esperaba lo típico, un joven atenazado por la responsabilidad que intentaría no quedar mal en situación de tanto compromiso, pero quién se estaba preparando para recibir al octavo novillo de la tarde era todo un señor, un señor perfectamente vestido de negro, con pronunciadas entradas en la frente y con un rostro que denunciaba máxima tranquilidad. En esos momentos, casi tres horas después del comienzo, el frío ya era intenso, algunos se habían marchado hacía rato y el resto, los que quedábamos, estábamos de pie, con una especie de baile da San Vito, o apurando el último rayo de sol que se colaba por la cubierta. Pero faltaba por venir lo mejor, y como si de una recompensa por nuestra resistencia al frío se tratara, íbamos a ser premiados con el milagro del toreo.

Entre unas cosas y otras, cuando nos quisimos dimos cuenta, habían pasado primer y segundo tercio y Pepe Mayor requería la presencia de Raúl Aranda en el ruedo para brindarle la muerte del último novillo de la mañana. El utrero, de la ganadería navarra de "Santa Fe Martón", era bravo, noble, pronto y claro por la derecha y algo incierto por la izquierda. El novillero lo tenía claro desde el primer momento. Despacio, parsimoniosamente, fue acercándose hacia el novillo, lo citó de largo, acudió y Pepe Mayor empezó a torear. Fueron cuatro o cinco tandas por la derecha de categoría: Citando largo en el prime pase, cargando la suerte cuando el novillo ya había comenzado el viaje, llevándolo largo y atrás para poder ligar cuatro o cinco pases sin agobios y rematar con el de pecho, y siempre limpios, templados, sin dejarse tocar el engaño, y ligados. Fueron varias tandas de ensueño, seguramente como las que tantas veces habrá soñado nuestro protagonista, o las que tantos aficionados añoran por la escasez con que se producen estos eventos en la actualidad. Entre serie y serie el torero andaba relajado, tranquilo, despacio, gustándose y avanzando lentamente, buscando la distancia adecuada para citar a su oponente para una nueva tanda de muletazos. Fueron cuatro o cinco series buenas, de las de verdad.

Lo intentó por la izquierda y, sin dudarlo, desistió rápidamente, el novillo se quedaba corto y buscaba. Volvió a la mano derecha pero el novillo ya había cambiado, la faena ya estaba terminada y el novillero desbordado por la emoción. Doblones de calidad y un adorno gracioso para salir airoso de un momento de apuro. En el momento de entrar a matar el novillo se le arrancó de improviso, dudo... pero aguantó y cogió una estocada al encuentro en buen sitio que hizo rodar al novillo sin puntilla. Dos orejas, que se guardo para sí mismo, fueron el premio que consiguió, pero seguro que para él, para Pepe Mayor, el mayor premio consistió en haber hecho realidad un sueño. Su cara, durante la vuelta al ruedo, así lo revelaba.


Nota: Este vídeo, grabado y producido por "LcbTV", recoge la gran faena realizada por el novillero Pepe Mayor al último utrero del Festival celebrado en la Plaza de Toros de "La Misericordia", de Zaragoza, el pasado 14 de diciembre de 2008.

viernes, 12 de diciembre de 2008

FESTIVALES BENEFICOS EN LA MISERICORDIA

"Vuelve la actividad a mis dependencias, y con ella mi alegría. Aunque sólo sea por un día, con motivo de un Festival Benéfico que se va a celebrar el próximo domingo, vuelvo a sentir la vida dentro de mi: puertas que se abren y cierran, trajinar en los corrales, voces, ruidos y olores conocidos. Ya hace casi dos meses que se dio la última función y parece que ha pasado una eternidad. Además, en estas fechas otoñales, recién acabada la temporada, donde los días se acortan de golpe y es noche la mayor parte del día, estoy más sola que nunca... ¡y aún me queda todo el invierno por delante! Por eso estoy contenta esta semana, porque salgo de mi adormecimiento y vuelvo a cumplir con mis obligaciones, y esta vez por partida doble, para acoger una función de toros y, haciendo honor a la institución que me creó y me dio el nombre de "La Misericordia", para reportar algún beneficio a un niño necesitado. Ojala mis tendidos se vean colmados de público y el éxito sea también doble, en lo artístico y en lo económico.

Muchos Festivales Benéficos he acogido a los largo de mi historia, de época reciente me acuerdo de los de Atades, durante muchos años significaba la apertura de mis puertas al público, y este acudía ansioso de ver toros. Fermín Murillo, una vez retirado de los ruedos, y durante 33 años, fue el alma que lo mantuvo vivo, el mismo participó en las primeras cinco ediciones, grandes maestros retirados dictaron lecciones magistrales, figuras de la época que se estaban poniendo a punto acudían a su cita y noveles que despuntaban fijaban la atención de los aficionados. Y lo que disfrutaban aquellos muchachos de la institución que salían a dar una triunfal vuelta al ruedo con los toreros cuando les entregaban una placa... Desde hace unos cuantos años no se hace... Es una auténtica pena.

En en Festival del próximo domingo hay un aliciente que lo hace especial para mí. Vuelve a torear y matar un novillo Raúl Aranda, uno de los toreros más artistas y puros que ha dado la región aragonesa. No es que hayamos dejado de verlo porque sigue en activo, de subalterno actúa muchas tardes en mis dependencias, y sigue conservando poderío y saber -demasiado a veces- con el capote, aunque con las banderillas... habría que eximirle de ese trámite. Pero ese es otro tema, hablemos de lo que nos ocupa, de Raúl Aranda matador de toros. Porque han sido muchas las tardes buenas de este torero aragonés en el coso que lleva mi nombre, también las hubo malas, por supuesto, pero las buenas fueron buenas de verdad, y los triunfos, nunca regalados, más que merecidos, y así durante muchas temporadas.

Y pensando en Raúl los recuerdos me llevan a otro gran Festival Benéfico en el que también participó, hace muchos años, 25 se cumplieron este otoño. Fue un magno festival en memoria de una buena persona que llegó a ser un modesto profesional del toreo, estoy hablando de Miguel Peropadre "Cinco Villas", torero honrado a carta cabal, que había fallecido en accidente de tráfico ese mismo verano al volver de una capea en donde había ejercido de director de lidia. Fue una pena muy grande, porque Miguel pasaba mucho tiempo en mis dependencias, era la alegría de los entrenamientos que se hacían en en mi albero cada tarde, el compañero ideal, el que acogía a los nuevos, el amigo... y a su muerte dejó muchos. Ese día la plaza presentaba una excelente entrada, y si así se homenajeaba la memoria de un torero en los tendidos, no menor fue el homenaje en el ruedo, porque ese día estuvo cumbre un torero de Madrid que ya era predilecto de los aficionados de "La Misericordia", y que había sido el triunfador de la recién acabada Feria del Pilar: José Cubero "Yiyo". Ese día Raúl estuvo bien, en su linea, una oreja ganada a ley, pero "Yiyo" bordó el toreo. Fue una de las faenas más bella, completas y mejor rematada que recuerdo haber visto en mis propias dependencias en los últimos tiempos. Hasta me acuerdo de la fecha, 22 de octubre de 1983... ¡Si!... ya sé que se trataba de un Festival, pero no por eso dejó de ser una faena perfecta... o al menos así la recuerdo yo.

Aquel año había sido muy ajetreado, de cambio total en mis dependencias, había obras por todas partes, parecía la guerra, obras en los corrales, las cuadras, las viviendas del conserje y el corralero, pero a su término mi aspecto, y mi salud, había mejorado considerablemente. Por ese motivo durante la primera parte de la temporada sólo se celebró una corrida, el 29 de mayo, en la que destacó un joven torero aragonés que había tomado la alternativa un año antes aquí mismo, Enrique González "El Bayas", natural de Tarazona de Aragón. A lo largo de su trayectoria taurina tuvo grandes tardes en Zaragoza, en otro momento nos ocuparemos más detenidamente de algún retazo de su historia. Ese día "El Bayas", que era un gran estoqueador, cortó dos orejas y destacó por encima de las figuras que se acartelaron con él, "Antoñete" y "Manzanares", ambos se fueron de vacío... Pero estábamos hablando de festivales... se me va la... Estábamos hablando de un Festival en el que torea Raúl Aranda, un Festival Benéfico que se celebrará el próximo domingo, día 14, a las 11 de la mañana, en mis dependencias de "La Misericordia"... Empiezas a recordar cosas y unas te llevan a otras, y así sucesivamente, y... y ya es hora de acabar por hoy."

miércoles, 10 de diciembre de 2008

SEGUNDA TERTULIA EN EL CAFE DE CHINITAS

Ya está en las ondas digitales de Internet el segundo programa de la "Tertulia de Aficionados En El Café de Chinitas" que produce "La Cabaña Brava". En esta ocasión el debate se centra sobre la suerte de varas. La oposición de las organizaciones profesionales de subalternos y matadores a los cambios que se tratan de introducir en el nuevo Reglamento de Euskadi han puesto de nuevo en el candelero la maltrecha situación en la que se encuentra esta suerte que, más que para medir la bravura del toro y ahormarlo para los sucesivos tercios de la lidia, se ha convertido en una máquina de destrucción. No creo que lo importante sea la longitud de las puyas, ni la cantidad mínima de puyazos, ni nada que tenga relación con el material de efectuar la suerte, con lo que intentan enredarnos los taurinos. El debate importante, el que se debería dar, es otro bien distinto; como se debe realizar la suerte y con que finalidad se hace; pero parece ser que a los profesionales, matadores y subalternos, no les interesa hablar de eso, no quieren cambios para seguir utilizando sus practicas demoledoras; a los ganaderos, que deberían ser los más interesados, porque la suerte de varas es la mejor forma de tentar que se conoce, no se les escucha como colectivo, solo alguno habla de forma individual y aislada; y la autoridad, o consiente y cede a las exigencias de los profesionales, o es amenazada con la huelga.

De esto se habla "En el Café de Chinitas" en la primera parte de la Tertulia. Después de un interludio musical se entra en la segunda parte en donde se trata del Festival Benéfico que va a tener lugar en la Plaza de "La Misericordia" el próximo domingo, 14 de diciembre, a las 11 de la mañana; del anuncio de las ganaderías para la próxima Feria de San Fermín, en Pamplona; y del anuncio de retirada de Luis Francisco Esplá. Esto se puede escuchar en el reproductor situado en la columna izquierda de este Blog. Pero también pueden descargarlo, para una posterior escucha en su ordenador o en cualquier reproductor portátil, en archivo Mp3. Esta opción está disponible en la zona de DESCARGAS de la Web de "La Cabaña Brava", o de forma directa picando AQUI.

Pero el objeto de esta entrada, además de presentar la segunda "Tertulia de Aficionados En El Café de Chinitas", tiene otra finalidad, como es reflexionar de los medios de los que disponemos los aficionados para plantear nuestras opiniones y reivindicaciones públicamente. Como siempre, las decisiones que tienen que ver con la Fiesta de los Toros, no tienen en cuenta las opiniones de los aficionados, todos se pronuncian, todos tienen algo que decir, todos encuentran un medio para decirlo, todos menos unos: los consumidores, los paganos, los aficionados.

Con la irrupción de Internet hemos encontrado un medio, que debemos aprovechar al máximo, para estar presentes en el debate sobre nuestra Fiesta. Ya no solo es la escritura, ahora se pueden aportar documentos gráficos, vídeos de producción propia o ajena, y la voz, como ocurre con esta Tertulia radiofónica de aficionados, en donde, sentados alrededor de una mesa, se opina libremente sobre la Fiesta de los Toros. Todos los medios son válidos, lo importante es estar en la primera fila del debate, y no se trata simplemente de denunciar lo malo, que es mucho, sino publicar y hacer propaganda de lo bueno, lo que de verdad hemos podido presenciar en directo por esos ruedos de Dios. Con palabras, con imágenes, con la voz, con lo que sea... contar lo malo, pero hacer especial hincapié en lo bueno, en lo que de verdad engancha a esta Fiesta. En las distintas plataformas de vídeos que hay en la Red hay documentos dignos de admiración, documentos elaborados por vídeo-aficionados en donde se puede apreciar lo que los medios oficiales ocultan o minimizan. Esa información de los que ocurre de bueno por otras plazas, a pesar de su menor calidad, es de mucho más valor para los aficionados que la propaganda de los espacios taurinos establecidos en los medios de comunicación. Cada día Internet nos ofrece más y mejores posibilidades para informar, canalizar esa información, para que cada día llegue a más aficionados, es otra una forma de luchar por la Fiesta de los Toros que defendemos.

sábado, 6 de diciembre de 2008

SOBRE LA PRIMERA VARA

Es práctica habitual, en casi todas las corridas, administrar a cada toro una primera vara salvaje, brutal, demoledora, con lo que la mayoría quedan, como vulgarmente se dice, para el arrastre.

¿Por qué se hace esto? Eso es lo que me pregunto yo y, conmigo, supongo, la mayoría de aficionados y espectadores de las corridas de toros. ¿Por qué se pica a los toros de esa forma? ¿Acaso no saben hacerlo de la forma correcta los picadores? ¿Por qué los matadores, que al fin y a la postre resultan ser los más perjudicados, lo consienten? ¿O son ellos los que dan la orden de que se cometa semejante latrocinio?

Son preguntas tontas sin respuesta porque los que tienen que darla callan, se escudan en tópicos y frases hechas para salirse por la tangente. Pero nada cambia, tarde tras tarde seguimos viendo la misma forma de destruir el toro, de aniquilarlo, de incapacitarlo para la lidia y, lo que es más sorprendente, para el lucimiento del propio torero. ¿O acaso estamos equivocados y lo que buscan es precisamente eso? Porque parece como si los toreros pensaran que cuando un toro sale con cierta integridad, para evitar males mayores y la posibilidad de quedar desairado, que le peguen en la primera vara sin contemplaciones, no vaya a ser que al presidente le de por cambiar el tercio y el toro se quede con algo de vida y un poco de poder. Desde esa lógica de pensamiento es posible entender por qué se hacen las cosas así y por qué no tienen ninguna intención de rectificar.

Esta claro que muchos de los picadores en activo son capaces de picar bien a los toros, se ve de vez en cuando en alguna plaza, y sobre todo en las corridas concurso que últimamente están proliferando y en la que se exige una forma más pura de hacer la suerte. Pero para que lo hagan hay que exigírselo, en primer lugar por parte de su jefe, que es el que les paga por su trabajo. La forma en que pican a los toros debe de estar de acuerdo con las ordenes de su matador y que si lo hacen de esa forma destructora es porque así se lo pide quien le manda.

En cambiar esa forma de picar, sobre todo en esa primera vara demoledora, se juega una parte importante del futuro de la Fiesta de los Toros, pero los que tienen que dar esa orden son los toreros y, por lo visto, no están por la labor. La otra posibilidad está en la reglamentación, pero ante cada mínimo cambio que se insinúa los taurinos se plantan. ¿Por qué será?

jueves, 4 de diciembre de 2008

PEPITO Y JOSELITO

- Hola, don Pepe.
- Hola, don José… y además, mire por donde, quería verlo a usted.
- ¿Y para qué quería usted verme?
- Pues que el otro día entré en el Blog y pensaba que me había equivocado. Al verlo todo diferente creía que había entrado en otro sitio. Vaya cambio…
- Cosas de mi nieto, don Pepe. Hace un par de días me dijo que había que darle un cambio a la página y ya ve usted.
- Pues lo ha dejado bien, no sé… como más espacioso, más desahogado… y además eso de la radio.
- Es que ahora hacen un programa, se juntan unos cuantos amigos, los domingos a la hora del café, y se entretienen grabando un programa de radio para Internet. “En el Café de Chinitas” se llama. ¿Se acuerda usted de que hace unos años había unos chavales que hacían un programa los domingos por la noche?
- Claro que me acuerdo… menudos eran… Como que de la noche a la mañana desaparecieron de la circulación ¿Cómo empezaba?... “en el Café de Chinitas dijo Paquiro a su hermano”… allí se decían las cosas claras, como a mi me gusta.
- Pues ahora lo podrá escuchar usted por Internet, desde nuestro Blog. El caso es que lo hacen mi nieto y los de su Asociación, los de “La Cabaña Brava”.
- ¿Su nieto es uno de los que hacían aquél programa?
- Claro, Pepito, el mayor de mi primogénito.
- Pues nadie lo diría, don José. Yo pensaba que, si le había salido aficionado, sería como usted… degustador del toreo fino…
- ¡Mi Pepito! Ese es peor que usted. No lo conoce bien, a él y a sus amigos todo les parece poco… siempre más, siempre más… más cuernos, más fuerzas, más casta, más bravos… Menudas trifulcas que montamos cuando vemos los toros juntos.
- Pues nadie lo hubiera pensado, con los antecedentes suyos…
- Educado y buena persona, como el primero, pero en tratándose de toros… ya le digo... peor que usted…
- Pues para que vea lo que son las cosas, don José, el mayor de mi chica, que será de la misma edad que su Pepito, y al que también le gustan los toros con pasión, me ha salido rana… o sea, que cojea del mismo pie que usted… Mi Joselito solo tiene ojos para lo efectista, no entiende, como le pasa a usted, que donde esta el mérito y la grandeza de este juego es en el toro y en lo que se sea capaz de sacar a cada uno de los que te correspondan.
- ¡No me lo puedo creer¡ Su Joselito, viniendo de donde viene, capaz de degustar las finas esencia del arte de Cúchares. No sabe usted lo que me alegro y la gracia que me hace.
- Ya ve lo que son las cosas. Desde pequeño enseñándole las esencias de la Fiesta de los Toros para nada, cabezón como él sólo.
- Lo mismo me ha pasado a mí, don Pepe. ¡Anda que no he perdido yo tardes haciéndole ver, y explicándole, los vídeos de los grandes artistas del toreo! Aún recuerdo el día, y ya hace años de esto, que viendo una gran faena de una excelsa figura del momento, yo, emocionado como sabe usted que me emociono, le pregunto, ¿Qué te parece, Pepito? Y me dice: “ese toro es una birria, yayo”. Me dejó de piedra. Desde ese día supe que en los toros íbamos a ser como el perro y el gato. Y así ha sido hasta el momento.
- Yo no le voy a contar la historia de mi Joselito porque es calcada a la de su Pepito pero al revés. Qué le vamos a hacer. Lo importante, don José, es que ambos son aficionados… y de los buenos. ¿Qué sería de esta Fiesta si no existiera la polémica?
- ¡Si señor! Tiene que haber de todo, don Pepe, ahí está la salsa de este guiso. Pero para que pueda hacer diversidad de opiniones tiene que haber Fiesta, tiene que haber Toros y tiene que haber Toreros.
- Lo primero son los toros, si no hay toros no hay toreros…
- Mas bien al revés, los toros existen todavía porque hay toreros…
- ¡No diga tontadas! La materia prima, lo que da nombre a la Fiesta son los toros, parafraseando a su Pepito, con estos toros que son una birria, poco toreo se puede hacer...
- Deje a mi nieto en paz que bastante me las tengo con él, y mírelo como su Joselito, desde el punto de vista del arte, sin toreros no hay Fiesta de los Toros…
- Vamos a dejar las cosas como están que hoy no venía con ganas de pelea, don José.
- Lo mismo le digo, don Pepe, dejemoslo. Además... se me ocurre una idea, porque… ¿su nieto conoce al mío?
- Creo que no, él, antes que a las tertulias de aficionados sensatos, como las que supongo que asistirá su Pepito, prefiere el patio de cuadrillas, los hoteles…
- Pues igual les va bien conocerse. Hablaré con Pepito y le presentaremos a Joselito, igual, como usted y yo, se hacen amigos, y hasta puede que, si le gusta hablar en la radio, pueda participar en la grabación de ese programa que cuelgan en Internet, “En el Café de Chinitas”. Siempre les vendría bien un contrapeso, una visión no tan negra de la Fiesta como la tiene usted, mi Pepito y los suyos.
- No habíamos dicho que hoy teníamos la fiesta en paz, don José… Aunque puede que tenga razón, hablaré con mi Joselito y le propondré la idea. Quizás, como usted y yo, se hagan amigos, labia no le falta para hablar en la radio o en donde sea, y quizás sirva para que se le encienda la luz del entendimiento…
- Recuerde lo prometido, don Pepe… Puyitas no.
- Es la fuerza de la costumbre, don José… Y hablando de ese programa que me dice que cuelgan en Internet su nieto y sus amigos ¿No quedaría un huequito para nosotros?
- ¡Que me dice!… A nuestra edad. Que cosas tiene, don Pepe. Eso es cosa de los jóvenes, ellos son los que saben manejar esos trastos. Nosotros, ¿cómo lo vamos ha hacer?... ¿qué vamos a decir?… Además, ya nos ayudan bastante manteniendo el Blog a flote y lavándole la cara de vez en cuando.
- ¿Cómo que qué vamos a decir? Si sólo se trata de hablar, el trabajo que lo hagan ellos, los jóvenes, nosotros a largar…
- Pero es su espacio, nosotros no pintamos nada allí, don Pepe. Quizás algún día nos puedan invitar, pero…
- Poco rato, dos o tres minutos, para discutir un poco… ¿No le daría marcha a usted?
- Que cosas dice usted… y que palabrejas utiliza... además ya se está haciendo tarde…
- Venga don José, dígaselo a su Pepito que yo se lo diré a mi Joselito.
- De acuerdo, don Pepe, se lo diré... Mire, ya viene mi autobús… Nos vemos... Adiós.
- Adiós… y no se olvide de decirle algo de lo nuestro a…

lunes, 1 de diciembre de 2008

EN EL CAFE DE CHINITAS - TERTULIA DE AFICIONADOS

Han pasado más de diez años y parece que fue ayer. En aquella época, como casi todos los viernes, acudíamos al “Museo Taurino” de Enrique Asín. Allí, rodeados de fotografías, libros, cabezas de toros, utensilios de torear que habían pertenecido a diferentes diestros, de historia de la Tauromaquia, nos juntábamos un grupo de aficionados de todas las edades para hablar y escuchar hablar de toros. Junto a los habituales iban desfilando invitados ocasionales de Zaragoza o de cualquier otro lugar de la geografía española que pasaban por nuestra ciudad. Un día apareció Ricardo Cepero. Era el responsable de un programa de toros de una emisora local, “Radio Ebro”, y ante una sugerencia de que nos abriera su programa para participar y aportar nuestras opiniones surgió la idea que él acepto: crear un pequeño espacio, en formato de tertulia, en donde los aficionados pudiéramos expresar libremente nuestros puntos de vista. Así nació “En el Café de Chinitas”, un programa independiente llevado íntegramente por aficionados y sin ningún tipo de interferencia por su parte.

Teníamos nuestra propia sintonía, que era la que daba nombre a nuestro programa, “El Café de Chinitas”, canción recogida por Federico García Lorca en su recopilación de canciones populares, interpretada por él mismo al piano y cantada por Encarnación López Júlvez “La Argentinita”. En otro momento, cuando le dediquemos un espacio propio a esta canción en nuestra sección “Cancionero”, hablaremos más detenidamente de su historia y la de sus intérpretes. Solíamos introducir un tema musical taurino a mitad de la sesión, y cerrábamos con alguna de las versiones, de las muchas que existen, de este tema popular. Durante varios meses estuvimos haciendo esa tertulia radiofónica que tenia lugar los domingos por la noche. Además de los habituales contertulios iban desfilando invitados que exponían su visión de la Fiesta y participaban activamente en los debates que allí iban teniendo lugar. Poco a poco llegó a tener gran repercusión entre los aficionados locales y eso debió molestar a los taurinos y, de manera especial, al empresario que regia los destinos de “La Misericordia” aquel año. Un día, lo recuerdo como si fuera ahora mismo, después de hablar con bastante dureza del encaste Domecq, nos llamó Ricardo Cepero y nos comunicó que el programa desaparecía de la parrilla, pero no sólo nuestra tertulia, sino el programa entero. Se dijo… pero para que vamos a seguir escarbando, aquel empresario dejó este mundo recientemente y, como “agua pasada no mueve molino”, vamos a dejarlo estar. Ricardo siguió con su programa de televisión en un canal local, “Canal 44”, hasta el momento de su fallecimiento, que ocurrió en el mes de agosto del 2007, y nosotros a la calle. La colaboración siguió después de ese altercado pues numerosas veces acudimos a su programa de televisión con la libertad de opinión acostumbrada, pero “En el Café de Chinitas, Tertulia de Aficionados” pasó a la historia.

Viene a cuento esta historia porque parte de los estuvimos en aquella primera época de “En el Café de Chinitas”, junto con otros compañeros de "La Cabaña Brava", hemos decidido ponerlo en marcha de nuevo. Esta vez, y amparándonos en los nuevos medios que nos posibilita Internet, grabándolo con un sencillo reproductor de Mp3, editándolo en un programa apropiado para ello y colgándolo en nuestra página Web para que pueda ser escuchado por todos los aficionados que nos visitan desde cualquier parte del mundo. Queremos seguir manteniendo el mismo formato de entonces porque consideramos que sigue siendo válido y que sea, si nuestras obligaciones particulares nos lo permiten, de periodicidad semanal y de una duración aproximada de 30 minutos. En eso estamos y esperamos que esta vez dure todo lo que nuestras ganas y nuestra afición nos permitan.

El primer programa de esta segunda época ya esta colgado en la red, pueden escucharlo en el reproductor situado en la columna izquierda de este Blog o en la página Web de “La Cabaña Brava”. De momento no se puede descargar para escuchar en el reproductor de su ordenador pero seguiremos investigando y cuando encontremos una forma de hacerlo, de convertirlo en podcast y que pueda descargarse automáticamente en su equipo, lo haremos. Los que estén interesados en colgarlo en sus propios espacios de Internet tienen que ir a la página en donde esta alojado -picando sobre las palabras subrayadas “Fandalism Mp3 Free Hosting” del reproductor-, copiar el enlace y pegarlo en la entrada o lugar correspondiente. Es una forma más, otra, de luchar por la integridad y regeneración de esta Fiesta de los Toros que se nos muere.

martes, 25 de noviembre de 2008

CUATRO PUNTALES - JUANITO VALDERRAMA

En 1947 Juanito Valderrama ya se había ganado un puesto importante entre los artistas preferidos del público y recorría, como los toreros, España entera de feria en feria. Aficionado a los toros, siempre que se lo permitía el horario de sus galas, acudía a las corridas. Muchas veces, sobre todo en sus años jóvenes, vestía traje corto en sus actuaciones y ese mismo año había estrenado un espectáculo de ambiente taurino, “Redondel”, en el que simulaba ser torero, un libreto de Antonio Quintero, con letras de Rafael de León y música del maestro Quiroga.

Ese año de 1947, y estando actuando en Córdoba, ocurrió la muerte de Manolete en la Plaza de Linares. Fue cuando un recitador de la compañía, Agustín Rivero, a instancias del empresario del teatro, le ofreció a Valderrama una letra que años antes había dedicado a Joselito. De ese germen, años más tarde, nacería esta canción que se convertiría en un auténtico homenaje a esos cuatro toreros andaluces que llenaron con su presencia la primera mitad del siglo pasado, a esos “Cuatro puntales” que sostienen la catedral del toreo: "Juan Belmonte, Joselito, Rafael Gallo hechicero, y un Manuel, Manuel Rodríguez Manolete, ¡que torero!".
En la historia de Juanito Valderrama no vamos a entrar, además es seguro que muchos de ustedes sepan más que nosotros de la vida y obra de este gran artista, triunfador de la copla fácil y dominador de todos los palos del cante, pero si queremos reflejar un suceso que tiene relación con su habitual asistencia a las corridas de toros de los pueblos y ciudades en los que actuaba. Ocurrió el 26 de septiembre de 1984, en Pozoblanco, Córdoba. Junto con su compañera Dolores Abril habían coincidido y departido cordialmente con Francisco Rivera Paquirri antes de la fatídica corrida, pocas horas después fueron testigos de la tragedia y presenciaron su muerte en directo. Seguramente Juanito Valderrama no olvidó jamás, durante los 20 años en los que siguió cantando en los escenarios, esos momentos. A los 88 años de edad, el 12 de abril de 2004, murió en su casa de Espartinas, Sevilla.


CUATRO PUNTALES
(Marcos Manuel - Valderrama)

Cuatro puntales sostienen la catedral del toreo,
cuatro torres andaluzas esculpidas por el genio:
Juan Belmonte, Joselito, Rafael Gallo hechicero,
y un Manuel, Manuel Rodríguez “Manolete”, ¡qué torero!
Los cuatro grandes del toro, ¡ay que pena de no verlos!
Cartel de feria exclusivo del empresario del cielo.

El que quiera ver toritos que suba al cielo,
que se han juntado lo mejor y más puro de los toreros.

Apoderado del llanto, ven a firmar el recuerdo,
que Juan, ciclón de Triana, el terremoto torero,
ha desdeñado la carne para hacerse monumento.

Apoderado del llanto, ven a firmar el recuerdo,
que José, aquel Joselito catedrático torero,
olvidó una asignatura y se hizo cartel eterno.

La afición ha perdido cuatro toreros, cuatro toreros,
de luto esta la tierra, de fiesta el cielo.
De fiesta el cielo, ¡madre!, porque en la gloria, porque en la gloria,
se juntó lo mas puro que dio la historia.

Apoderado del llanto, ven a firmar el recuerdo,
que se ha quitado la luna las nubes con un sombrero
para hacerle a Rafael un brujo quite flamenco.

No me firmes el recuerdo, ¡no me firmes el recuerdo!
que aquello que vi en Linares yo no concibo creerlo.

Dame por espada el rayo,
dame por muleta el trueno,
que quiero ver si consigo
matar la sombra de Islero.

“Torera”, José dijo a Rafael,
“Dale una larga torera”,
Y Juan le dijo a Manuel:
“En nuestra fuente hay solera
para el que quiera aprender".



Nota: Otra canción de Juanito Valderrama de temática taurina, ignorada por las recopilaciones discográficas, casi perdida en el baúl del olvido y que, en mi opinión, es una autentica joya, no sólo del repertorio del cantante jienense, sino de todo el repertorio de música de toros y toreros, es "Pena de Juan y José", en ella habla de dos de los toreros que aparecen en esta que hoy nos ocupa. Para los interesados en su escucha, y picando sobre el título, se enlaza con una de las primeras entradas de este Blog en la que se recoge el vídeo con la música y las imágenes de estos dos grandes toreros que fueron los actores principales de la denominada "edad de oro del toreo".

domingo, 23 de noviembre de 2008

DICE PEPE LUIS... SOBRE LA GENTE Y LOS AFICIONADOS

Reproduzco a continuación un breve pasaje de una entrevista realiza a Pepe Luis Vázquez, en 1966, por el periodista Vicente Zabala, en ella, además de muchas más cosas, habla con claridad meridiana de la gente y de los aficionados:

- No es la primera vez que te oigo hablar de 'gente' y de 'aficionados'.

- Como que ahí radica todo el quid de la cuestión. La Fiesta depende siempre de cuando manden los unos y los otros. Si el que lleva la batuta es el aficionado, el espectáculo mantiene firmes sus raíces; pero si las masas devoran a los aficionados, el toreo todo se tambalea.

- Pero los aficionados siempre han sido minoría, Pepe Luis.

- De acuerdo, pero esa minoría se imponía siempre. Entre otras cosas porque era mucho mayor que la de ahora. Los más respetaban a los menos. El que opinaba con sensatez en el tendido era escuchado por los que le rodeaban. Ahora, por el hecho de haber pagado una localidad se le lleva la contraria y se avasalla al que sabe de esto. Cosas de los tiempos y del aumento del nivel de vida.


Sin comentarios. Pepe Luis, además de un torero honrado a carta cabal en los ruedos, en el tendido ha sido un aficionado y cuando habla de toros y de su toreo es como un libro abierto. Hace tiempo, en este mismo blog, y bajo el titular "Dice Pepe Luis...", le dedicamos un breve espacio en donde nos explica su concepción del toreo.

martes, 18 de noviembre de 2008

POR UN REGLAMENTO TAURINO ÚNICO

El que cada comunidad autónoma tenga su propio Reglamento Taurino me parece un auténtico despropósito. Es la única disciplina competitiva del mundo que en vez de unir criterios para que tanto los participantes, ganaderos y toreros, como los espectadores, sepamos a lo que atenernos, se diversifica en cada espacio geográfico. Viene esto a cuento de la aprobación del Reglamento Taurino de Euskadi y que, inmediatamente, ha sido contestado por las agrupaciones profesionales de los toreros que se oponen a él y amenazan con no ir a torear a las plazas vascas si no se atienden sus reivindicaciones.

No quiero entrar en si este reglamento es mejor o peor que otros, o en si defiende mejor los intereses de los que están en el ruedo o de los que se sitúan en los tendidos -aunque algo de esto debe de haber por la reacción inmediata de todos los sectores profesionales en su contra- porque pienso que lo que necesita la Fiesta de los Toros para su regeneración y para luchar contra el fraude de manera clara y contundente es un REGLAMENTO ÚNICO para todos los países en la que se celebran festejos taurinos. Vamos, ni más ni menos que lo que sucede en fútbol, en donde todas las competiciones de todos los países se rigen por un único reglamento. ¿Acaso no sería un despropósito que lo que es penalti en España no lo sea en Francia? ¿O lo que es fuera de juego en Zaragoza no lo sea en Madrid?

En la actualidad, con la proliferación de diferentes Reglamentos para cada comunidad autónoma, lo único que se ha conseguido es crear un auténtico galimatías, tanto para los profesionales, que van a tener que incorporar a sus cuadrillas un experto en leyes que los asesore sobre la particularidades de cada uno de los reglamentos vigentes en cada ciudad, como para los aficionados, pues lo que en unos sitios es válido en otros es rechazado. ¿A quién beneficia toda esta proliferación de Reglamentos? Seguro que a los aficionados y espectadores no, pues lo único que se genera con tanta norma distinta es confusión. A la Fiesta tampoco, porque en vez de atajar los diferentes problemas que se le presentan de frente y por derecho en base a una única norma clara y concreta, se diluyen en las procelosas aguas de las diferentes reglamentaciones y se abren resquicios legales por los que se cuele el fraude siempre acechante. A los profesionales, tanto toreros como ganaderos, tampoco debería de gustarles una reglamentación cambiante en cada comunidad o país, aunque nunca se sabe, pues como dice el refranero popular: “A río revuelto ganancia de pescadores”, y en este caso los pescadores, los que manejan y se benefician de la Fiesta, son precisamente ellos.

martes, 4 de noviembre de 2008

DEJACION DE FUNCIONES

Una par de noticias procedentes de Lima, Perú, hace que se activen mis resortes de reflexión, algo anquilosados tras la finalización de la temporada y un corto periodo vacacional. Varios aficionados, según documentación aportada por el Portal Taurino “Opinión y Toros”, y con anterioridad a la fecha del festejo, el 31 de octubre, enviaron diversos escritos al presidente de la corrida, que ya se celebró el pasado 2 de noviembre en la Plaza de Acho, solicitando que, a su cargo si fuera menester, se envíen a reconocimiento post-morten las astas de los toros que se lidien ese día. Otro aficionado, dando un paso más, denuncia al presidente de la corrida, ante el “Fiscal de Prevención del Delito”, por dejación de sus funciones en las labores de reconocimiento previas al festejo.

Tanto desde el citado portal taurino, como desde el Blog “Toro, Torero y Afición”, así como desde el “Blog del Manifiesto”, se puede acceder a dichos documentos. Pero más allá de la información, que por si misma ya es un arma, este movimiento por parte de distintos aficionados para defender sus derechos como consumidores de corridas de toros que, no debemos de olvidarlo, están sujetas, aquí y en Lima, a reglamentos que las regulan y que deben de hacer cumplir la autoridad designada para tal efecto, es preciso profundizar en la reflexión y denunciar que, ni aquí ni el Lima, se cumple con el reglamento y que los culpables directo de ello son, en primer lugar, los presidentes de las corridas, y en última instancia, los cargos públicos de los que dependen en los que recae la obligación de perseguir el fraude y velar por lo derechos de los consumidores que pagan una entrada para presenciar un espectáculo íntegro. Herramientas y leyes tienen para ello, si no lo hacen será posible pensar que esta dejación de funciones es, o por desinterés, o en provecho propio, y ambas cosas, en un estado de derecho, los debería incapacitar para desempeñar ese cargo.

Pero por desgracia las cosas no son así y parece ser que, ni aquí ni en Lima, la autoridad está por la labor de cumplir con su obligación y, ante esta dejación de funciones, es vergonzoso que deban de ser los propios aficionados los que se tengan que movilizar, ante instancias ajenas al mundo taurino, para defender sus derechos. ¿Por qué en otras disciplinas se exige el cumplimiento del reglamento estrictamente y en los toros no? ¿Cuál es la razón para que esta dejación de funciones se dé en un mundillo como el taurino, cerrado, opaco y dominado por el trapicheo y la picaresca? ¿A quién interesa, además de los profesionales del taurinismo, que todo siga igual? ¿No tienen los consumidores de festejos taurinos los mismos derechos que el resto de consumidores?

Aquí esta el principal cáncer de la Fiesta de los Toros. En esa dejación de funciones por parte de la autoridad, en esa falta de interés de los responsables públicos encargados de su control, mantenimiento y proyección hacia el futuro. De la misma forma que en otros ámbitos de la cultura se encomienda su gestión a cualificados personajes, en el de los toros parece quedar, dicho en lenguaje coloquial, para ‘el tonto de la clase’, y no debería de ser así, porque en el mundo de la política seguro que hay aficionados capacitados y dispuestos para ello… ¿Seguro?... Si de verdad quisieran los que pueden poco costaría poner en orden las cosas. Tan sólo con hacer que se cumpla estrictamente el reglamento se acabaría con la mayor parte de las tropelías. Hoy, con los medios de los que se dispone, se puede conseguir sanear el mundo del toro en poco tiempo, otra cosa es que eso atentaría contra todo el entramado de corrupción sobre el que se asienta el negocio de los taurinos actuales y pondría en la picota a la Fiesta misma, pero seguro que de ese trauma saldría reforzada la propia Fiesta. Hay que tener valor para dar ese paso, pero poder se puede… y quizás, a no mucho tardar, esa sea la única solución.

jueves, 30 de octubre de 2008

DE VUELTA

- Hola don Pepe.
- Hola don José.
- ¿Donde se ha metido usted que hace tiempo que no lo veo?
- ¿Y usted?... Que salió ‘escopetiau’ de la última corrida… ni se despidió...
- De vacaciones. Ya sabe, tenemos la costumbre de tomarnos unos días de descanso cuando acaban las fiestas y debíamos salir esa misma noche.
- Pues yo lo mismo… pero de vacaciones nada. Al pueblo a coger las almendras y darle una vuelta al vino…
- No creo que haya trabajado usted mucho. Seguro que ha pasado más tiempo en el bar con los amigotes que recogiendo almendras.
- Bueno, bueno, don José…que no va a ser todo trabajar en esta vida, además el tiempo no ha acompañado y...
- … Que mejor que echar la partidita.
- Venga ya… menos sorna, que seguro que usted no ha dado ni golpe…
- ¿Y para qué son las vacaciones sino…?
- Pues eso…
- ¿Y ahora qué, don Pepe? Otra vez el invierno, y sin toros.
- Toros, lo que se dice toros, bien pocos hemos visto en todo el año, y cuando por casualidad han salido, los toreros, por lo general, no han estado a la altura de las circunstancias. Y encima, cuando vuelvo, me encuentro con lo que dicen los propagandistas del ‘toreo moderno’ que, sin ningún gramo de objetividad y olvidando que los fracasos más sonados han sido los de las ‘ganaderías comerciales’, se lían a teorizar sobre el ‘fracaso del torismo’, cuando los pocos momentos de emoción que se han vivido esta temporada han sido los proporcionados por toros de esas ganaderías que vilipendian.
- ¡Toma ya! Y toda esa parrafada de tirón ¿Pero usted donde a estado, en el pueblo tumbado a la bartola, o en un seminario de adoctrinamiento?
- ¿Es qué acaso no tengo razón?... Usted mismo, don José, se emocionó y disfrutó como un niño el día de la concurso. Y el otro día, en la de los ‘miuras’, le vi pedir las orejas efusivamente para Millán, y partirse las manos aplaudiendo a “El Fundi” y “Rafaelillo”…
- Es que hubo emoción y eso el lo más importante de la Fiesta…
- Usted lo ha dicho: Emoción.
- Pero también la hubo en la de “El Juli” y “El Cid”.
- No vaya usted a comparar una cosa y la otra, don José… Y del gran triunfador de esa tarde, el que salió a hombros por la puerta grande, ni se acuerda usted, ni nadie.
- No se confunda usted, don Pepe, que a mí ese torero nunca me ha gustado ni me gustará. El arte lo puso el sevillano de Salteras, la mejor faena que ha realizado hasta el momento en “La Misericordia”, en esos instantes también me emocioné…
- Pero menos…
-¿Y usted qué sabe? Las emociones son íntimas y cada uno tiene la sensibilidad en un punto determinado y a mí me gusta el toreo artístico, el que convierte el vendaval de la embestida del toro en suave brisa marina.
- Pero para eso hace falta un toro que embista y, mire usted por donde, los que escogen estos ‘artistas del toreo’ suelen estar más parados que los toros de ‘Gisando’, y los que se mueven lo hacen porque tiene que pasar, pero sin ninguna gana de hacerlo. ¡Ah!, pero entonces sale el figurón de turno, el que se ha llevado el premio a la mejor faena de la feria, y se ‘inventa’ el toro y encima convence… ¡Venga ya!… Eso es un timo.
- Es usted un radical. Hay que ver las cosas buenas de una y otra visión de la Fiesta y ser positivos. No me puede negar usted que este año se han vivido momentos muy buenos de toreros jóvenes, y de ellos hemos hablado en otras ocasiones, y también han salido grandes toros, aunque es preciso reconocer que las ‘ganaderías de garantía’ han fallado más de lo habitual, pero hay que tener paciencia, una mala racha la tiene cualquiera…
- Pero esa benevolencia, don José, no se tiene cuando se trata de las ganaderías que llaman ‘toristas’. Para nada se valoran sus éxitos, es más, por parte de la prensa oficial se ignoran, ahora bien, cuando se trata de un ‘petardo’, sacan el cuchillo y a degüello…
- No se pase usted, don Pepe, que la cosa no es para tanto. La opinión es libre y….
- Y por eso mismo mantengo la mía. Para evitar malentendidos, y puesto que la brecha es cada día mayor, deberíamos llamar a las cosas por su nombre: Esa fiesta menor que promocionan estos profetas del taurinismo moderno, en la que el toro pasa a segundo plano y el torero adquiere el máximo protagonismo, debería denominarse, siendo benévolos, ‘Fiesta de los Toreros’, mientras que a las corridas en donde se corran toros íntegros y en plenitud de condiciones llamarlas por su auténtico nombre: ‘Fiesta de los Toros’. Así las cosas estarían más claras.

sábado, 18 de octubre de 2008

EL TORO INVENTADO

Esta entrada empezó a ser elaborada antes de la que le precede pero, porque las actividades durante las fiestas se amontonan, y por el interés de la corrida de "Miura", quedó aparcada a la espera de su conclusión. Pero mira por donde que, después de publicados los premios que las diferentes entidades otorgan a lo más destacado del ciclo pilarista, cobra de nuevo actualidad porque el destinado a la mejor faena de la Feria ha recaído, precisamente, en el torero, y en el toro, objeto de este artículo. Al día siguiente del festejo todas las crónicas coincidían en que Ponce se había inventado el toro. ¿Cuántas veces hemos escuchado las mismas o parecidas palabras refiriéndose a la labor de este diestro a lo largo de su dilatada y exitosa carrera? El mismo matador lo ha declarado en múltiples ocasiones después de sus faenas y, en sus más de quince años de máxima figura del toreo, muchos triunfos y muchos premios como este los ha conseguido de igual forma: inventándose el toro. Esa es la tauromaquia de Enrique Ponce, la tauromaquia de la apariencia, la tauromaquia sin toro.

El toro inventado es un animal con apariencia de toro bravo pero que ya no conserva casi ninguna de las características que lo hacen apto para la lidia. Dentro de su continente con apariencia de toro, imprescindible para poder llevar a cabo la simulación, ya no tienen cabida la bravura, ni la casta, ni el poder, ni la codicia, ni nada de lo que ha convertido al toro en el eje de esta Fiesta que lleva su nombre. Detrás de su fachada con apariencia de toro bravo se encierran una serie de características como la bobería, la nobleza y la docilidad que los convierte en material maleable, en obedientes marionetas que, en manos de diestros con el temple necesario para su manejo y la escenografía oportuna, parecen lo que no son: toros bravos.

Varios ejemplares de este tipo de toro amorfo salieron al ruedo de “La Misericordia” el pasado día 11 de octubre. Pertenecían a la ganadería de “El Torreón”: descastados, mansos o bravucones, nobles y colaboradores, con las fuerzas justas para simular una varita y un picotazo, con trapío y edad pero más que sospechosos de cuerna… vamos, como se dice en el moderno argot taurino, que servían. Aprovecharlos o no dependía de las capacidades artísticas o técnicas de sus matadores y, cosa cada vez más importante en el toreo moderno, de las ganas. De la terna actuante ese día sólo Ponce, porque sabe y quiso, lo consiguió. Sus dos acompañantes, Castella y Salvador Vega, lo intentaron y, en una u otra medida, y por una u otra razón, no lo consiguieron.

El diestro valenciano en su primero no quiso, vaya usted a saber porqué… Pero en el cuarto, un cinqueño con fachada pero demasiado flojo, cómodo, tan abrochado de cuerna que debería de haber sido desecho de tienta hace un par de años, noble, bobo y colaborador, Ponce desplegó su faena marca de la casa, la que lleva haciendo desde que está en esto… cuando quiere. La cosa consiste en no forzar al simulacro de toro bravo, que pase pero sin obligarle demasiado, no vaya a caerse, o a rajarse, como quiso hacer ese cuarto toro, y desentenderse de la simulación en la que está siendo utilizado antes de que suene el primer aviso, que en esta tauromaquia de la apariencia es como la señal para ir en busca del estoque. Hasta 7 avisos sonaron en el coso de “La Misericordia” esa tarde… ¡7 avisos!

En esta tauromaquia de la simulación el toro deja de estar en el centro de la Fiesta, no interesa el toro bravo y encastado porque puede crear problemas imprevistos, hace falta un animal que se deje… Si el toro no pone lo que tiene que poner no importa, ya se encargará de ponerlo el torero. Cada vez es más corriente que faenas vulgares y pases despegados se rebocen con la parafernalia y el boato de algo trascendente: no son nada, son baratijas a precio de oro. Durante las ferias -con una mayoría de público en los tendidos ignorante de las reglas del toreo y de las condiciones requeridas al toro- todo vale, y todavía más si los profesionales del periodismo taurino, que por dignidad profesional tendrían que enseñar y orientar con imparcialidad a los potenciales nuevos aficionados que se acercan a la Fiesta en estos periodos feriales, se dedican a pontificar y elevar a los altares esta nueva tauromaquia de la simulación con un toro inventado. Enrique Ponce, con una técnica depurada y efectiva que ha ido perfeccionando año tras año -y a los premios conseguidos a lo largo de su carrera me remito- es el más consumado maestro de esta tauromaquia del toro inventado.

miércoles, 15 de octubre de 2008

UNA CORRIDA DE TOROS

La corrida de "Miura" que se lidió en Zaragoza el pasado 13 de octubre fue tan sólo eso: una corrida de toros. Ni más, ni menos. Una corrida de toros. Seis toros con poder, seis ecuaciones diferentes. Durante la lidia, presidida por la emoción que impone en el ruedo el toro íntegro y con poder, predominaron las ovaciones y los aplausos porque todo lo que se hacia delante de esos animales tenía el plus añadido de la verdad. La opinión generalizada de los aficionados, a la salida del festejo, era que se habían entretenido y que se les había hecho corto. Al final de la tarde sólo se había cortado una oreja -no vamos a entrar en debatir su justicia- aunque podrían haber sido varias, pero nadie se lamentaba por ello, incluso los 'espectadores de feria' que, en el día de la apoteosis 'nuñezcuvullista' se había roto las manos aplaudiendo las carreras alocadas de “El Fandi”, o las faenas más clásicas de “El Juli” y “El Cid”, también se las rompieron esa tarde de los “miuras” en la que se corrieron toros con poder a los que se enfrentaron hombres que, por el sólo hecho de enfrentarse a ellos, y si llamamos a las cosas por su nombre, deben recibir el nombre de toreros.

Si en una corrida como la de “Miura”, con todas las dificultades que conlleva su lidia y en donde antes que arte se precisa dominar la técnica de la lidia, los 'espectadores de feria' se rompen las manos de aplaudir, es que, en esa pelea entre el toro y el hombre, hay algo más importante que ponerse bonito y dar cientos de pases a un animal disminuido, previsible y colaborador. Porque ese es el verdadero problema de lo que se denomina como 'corridas comerciales', el toro que se exige para garantizar que los diestros desplieguen su arte es un toro soso y bobalicón, casi siempre afeitado y muy escaso de fuerzas, que no aporta ni una brizna de la emoción que la simple presencia de un toro con toda la barba impone en el ruedo, más bien ocurre todo lo contrario, que trae consigo el aburrimiento a las plazas y ese es el más peligroso enemigo de la Fiesta. Pretender construir una obra de arte con una piltrafa de toro, que es lo que ocurre la mayoría de las veces en las 'corridas de figuras', es una quimera y, salvo muy contadas excepciones, son un fiasco: ni aportan arte, ni emoción, ni nada de nada.

En la corrida de “Miura” de Zaragoza quizás no hubo muchas posibilidades de que cristalizara el arte, pero lo que no faltó fue la emoción y, a pesar de las dificultades de los toros de esta vacada, y eso fue lo más destacable de la corrida, los cuatro primeros ofrecieron posibilidades para el lucimiento. A punto estuvieron de conseguirlo “El Fundi”, en sus dos toros, y “Millán” en el que cortó la oreja, y al que pasaportó, por casualidad, con la estocada de la feria. Al primero de “Rafaelillo”, que apuntó buenas cosas de salida, le pegaron fuerte en el caballo, como a toda la corrida, y lo dejaron para el arrastre. No pudo ser… Enhorabuena para los tres toreros que lo intentaron y enhorabuena para el ganadero que trajo estos toros a Zaragoza… Gracias a los dos por habernos traído esos momentos de emoción a "La Misericordia".

En total: Los 'espectadores de feria' salieron contentos, no se habían concedido tantos trofeos pero las manos les dolían tanto o más que el día de la apoteosis; el tiempo, que se alarga perezosamente cuando cunde el aburrimiento, había pasado como una exhalación; y hasta es posible que alguno, o muchos, recuerden con más nitidez las sensaciones sentidas en esta corrida que en la otra. Los aficionados satisfechos porque, por fin, habíamos visto una corrida de toros, una simple corrida de toros. Ni mejor, ni peor. Seis toros íntegros y con poder que habían planteado seis ecuaciones diferentes a tres toreros dispuestos a resolverlas. Contemplar ese ejercicio y tratar de entender el porque de las cosas que se suceden en el ruedo es nuestra afición. Si además de eso se produce el arte… pues ni te cuento.

sábado, 11 de octubre de 2008

EL NOVILLO-TORO

Ponerse a escribir de la corrida de “Valdefresno” a estas alturas -cuando ya han desfilado por la Feria las de “Fuente Ymbro”, que defraudó a los aficionados, y la de “Núñez del Cuvillo”, con figuras, orejas y lleno en los tendidos- quizás no sea lo más apropiado, porque en las ferias taurinas el paso inapelable de los festejos va haciendo viejas las noticias de un día para otro. ¿Quién se acuerda de lo sucedido hace un par de días? ¿Para qué recordar algo que, además, resultó un aburrimiento? Y más cuando en el día de hoy, según he leído en alguna cibercrónica, han triunfado a lo grande toros y toreros. Nada puedo decir de estos dos festejos porque no he podido asistir a ellos, pero si quiero, ahora que tengo tiempo para hacerlo y aunque sea tarde, escribir algo sobre la corrida de “Valdefresno”.

No voy a perderme en descripciones sobre lo sucedido, otros lo han hecho con más puntualidad y acierto, pero sí quiero dejar algunas reflexiones sobre un dato que a veces pasa desapercibido pero que tiene una importancia capital. Me refiero a la edad de los toros. En la de “Valdefresno”, de siete toros que salieron al ruedo, incluido el sobrero, seis habían nacido en los meses de agosto y septiembre de 2004, por lo tanto tenían poco más de 4 años. Tres tenían la edad mínima que exige el reglamento aragonés que está situada en 4 años y 1 mes. El primero, manso de carreta, que contaba con 4 años y 7 meses, fue un toro rematado y bien presentado que sirvió para demostrar que a sus hermanos menores les faltaba un hervor, en otras palabras, una hierba más. Cuatro años y cinco hierbas. Esta corrida hubiera estado cuajada, rematada y lista para la lidia en las ferias de la próxima primavera, ahora, en Zaragoza, ha resultado 'anovillada' en todos los aspectos: remate, fuerza y comportamiento.

El nombre con el que debería de haberse anunciado esta corrida de “Valdefresno” es de 'novillos-toros', porque los animales que se corrieron estaban en ese limite en el que el novillo se hace toro, en donde la fuerza y agilidad conseguida hasta ese momento se consolida, se redondea, se cuaja, se remata y adquiere su plenitud. Aunque los modernos reglamentos autonómicos lo permitan, los aficionados debemos de exigir, sobre todo en las plazas de primera, el toro cuajado, como mínimo con 4 años y 5 hierbas, porque sabemos que no tiene el mismo mérito una cosa y la otra. Los que se sitúan en esa franja de transición entre la adolescencia y la madurez, y que no se puede determinar con el calendario porque cada toro tiene su propio ritmo de desarrollo, no es todavía un toro, es un 'novillo-toro' que debe rematarse para poder ser lidiado en una plaza con la categoría de “La Misericordia”. A las cosas hay que llamarlas por su nombre y los que se lidiaron ese día, tal y como mostró su presentación, no reunían el trapío exigible en una plaza y en una feria de primera, no eran todavía toros... eran 'novillos-toros'.

Destacar que hubo un 'novillo-toro' magnífico, el 5º, “Buscatodo”, negro, con 543 kilos, y 4 años y 1 mes de edad, que no fue castigado en varas y resultó un filón para la muleta. Se venía de lejos, metía la cara, tenia recorrido… se toreaba él solito… como vulgarmente se dice: “se le caían las orejas”. Tuvo la mala suerte de que su matador fuera Antonio Barrera…

jueves, 9 de octubre de 2008

EL TORO PARADO

En los archivos de audio que está publicando “La Cabaña Brava” durante esta Feria del Pilar 2008, recogiendo las opiniones de diversos aficionados a la salida de los festejos (que enlazo en la columna contigua), y refiriéndose a la corrida de “Adolfo Martín” recién terminada, dice uno de los entrevistados: “me ha parecido un calco de la de ayer”. La corrida “de ayer” a la que hace referencia era la del “Conde de la Corte”, de la cual ya dejé escrita mi opinión en la entrada titulada “El toro pasota”.

No le falta razón a este aficionado, en las dos corridas han salido cinco toros absolutamente descastados que, por esa condición, nunca debieron de haber llegado a la edad de toro -y eso hay que ponerlo en el debe del ganadero-, y uno aprovechable, noble, pastueño y con algunas dosis de bravura, y que fueron mejor o peor aprovechados por los matadores que les cayeron en suerte -o en desgracia-, pero si profundizamos un poco más en el análisis, si nos fijamos en los pequeños detalles, podemos apreciar alguna diferencia que no deja de tener su importancia.

Los ‘toros pasotas’ del “Conde de la Corte” se desentendían de la pelea pero se mostraban molestos ante los engaños que les presentaban y trataban, en su huida hacia espacios más tranquilos, de quitárselos de encima embistiendo con genio. Los ‘toros parados’ de “Adolfo Martín” ni se inmutaban, se quedaban allí, parados a escasa distancia de su matador, quietos, sin hacer nada, ni siquiera buscar la salida hacia espacios más despejados.

La corrida tuvo fachada, estuvo bien presentada, salvo un par ejemplares algo escurridos, con edad, leña en los pitones y el poder justo para aguantar, sin entregarse, un puyazo y un picotazo. Una vez pasado ese trámite los toros -cinco- se paraban, se desentendían de la lidia y entraban en un estado de quietud desesperante tanto para los toreros como para los sufridos espectadores que nos habíamos dado cita en “La Misericordia” con la ilusión de presenciar todo lo contrario de lo que estábamos viendo.

El ‘toro parado’ es así. Ni se quita las moscas cuando le molestan en su quietud. Hubo ocasión en que, mientras el matador de turno gesticulaba a poca distancia de su testuz tratando de fijar su atención, el toro miraba plácidamente a izquierda y derecha sin ninguna intención de moverse. El ‘toro parado’ es así: ni huye, ni embiste, ni se defiende, ni se queja, ni se molesta, se queda quieto y espera que pase el tiempo, alguno, como el último de la tarde, parecía que miraba al reloj de la plaza como cronometrando su propia lidia. El ‘toro parado’ es así: desesperante.

En la parte positiva de ambos festejos, el 2º del “Conde de la Corte” y el 5º de “Adolfo Martín”, también podemos encontrar alguna diferencia. El primero empujó en el caballo y en la muleta se venía de largo, metía la cara y tenía recorrido. Fue un toro noble que yo clasificaba en la categoría del ‘toro bobo’. El de “Adolfo Martín” también fue noble, demasiado dulce si tenemos en cuenta su procedencia, pero su pelea en el caballo estuvo por debajo, había que citarlo en corto y, aunque metía la cara, su embestida era más sosa y de menor recorrido.

Si la corrida de “Adolfo Martín” adoleció de poder, pues se saldó con seis varas suaves y seis picotazos leves, y ese debe ser un problema preocupante para el ganadero, lo más grave es el descastamiento que se adivina detrás del comportamiento de sus toros. Eso, aunque se le parezca en la forma, no es el toro bravo, no sirve para la lidia. El ganadero sabrá lo que busca y como lo busca, por la nobleza que todo el encierro mostró parece que sus intenciones van dirigidas hacía la dulcificación de sus productos, quizás en ese viaje en busca de la comodidad se aleje de las características esenciales que definen el encaste de su ganadería. Debe de tener en cuenta que puede ser un viaje sin retorno.

martes, 7 de octubre de 2008

EL TORO PASOTA

Según me han dicho los que la han visitado, la finca donde pastan los toros del Conde de la Corte es enorme. Eso me hace pensar que quizás los toros mayores, los que están en edad de ser lidiados, los que llevan más de cuatro años de convivencia en una finca tan grande, deben de tener algún rincón escondido en donde se escaquean de sus obligaciones como toro de lidia que, como los atletas que van a las Olimpiadas, deben de alcanzar su mejor estado de forma cuando les llega la hora de ser lidiados. En vez de eso se dedican al 'pasotismo'. Si no es así no me explico el comportamiento de cinco de los seis toros de ayer.

Lo digo porque los toros del Conde de la Corte que se corrieron en el ruedo de “La Misericordia” podríamos clasificarlos en el apartado del ‘toro pasota’. No eran ni mansos ni bravos, ni andaban sobrados de fuerza ni se caían, ni embestían ni dejaban de embestir… Se dejaban pegar en el caballo como para cumplir un trámite, estaban pero pasaban de estar, acudían a los engaños para quitárselos de encima, recelando, sin entregarse, enterándose de lo que se dejaban atrás pero sin interesarles la presa… pasaban del juego para el que habían sido requeridos y sólo buscaban el sitio en donde menos les molestaran.

Salían por la puerta de chiqueros recelando, quizás molestos por haber sido rota su tranquilidad en el chiquero, embestían para despejar su terreno, para tener una salida, una escapatoria hacia espacios más despoblados, para no comprometerse en ninguna pelea. Iban a la puerta de chiqueros cuando no había nadie allí, pero en cuanto alguien se acercaba a ese terreno huían hacia la otra punta del ruedo, donde no hubiera nadie. Acudían al caballo con la misma intención, sin emplearse en ningún momento, saliéndose de la suerte por su cuenta cuando comprobaban que era imposible mover aquella mole de su sitio, optando por retirarse hacia otros espacios más tranquilos. Y así fueron todos, todos menos uno, el segundo, que por su comportamiento parecía que, en vez de haber sido asiduo al rincón de los ‘pasotas’, lo había sido del de los ‘bobos’.

¿Qué decir de lo sucedido? Que con el bobo que hizo segundo, que hasta empujó y estuvo a punto de derribar la mole de picar, Robleño estuvo bien, pero era tal la bobería del bovino que aquello no emocionaba a nadie, y si a eso le sumamos una estocada defectuosa, pues se esfumó el triunfo. Encabo, más puesto por más toreado, disimulo mejor el pasotismo de sus enemigos. Alberto Álvarez, que hacía su segundo paseíllo de la temporada y es un torero que no sabe disimular, estuvo como siempre… ni bien, ni mal… como siempre… sales de la plaza y ya no te acuerdas si ha toreado.

En total: 5 toros pasotas, 1 toro bobo y 2 horas de aburrimiento.

Notas:
1. Lo que yo llamo ‘pasotismo’ es, en el lenguaje taurino, ‘descastamiento’, y esa es la peor enfermedad que puede entrar en una ganadería.
2. Pueden escuchar un archivo de audio con las opiniones de diversos aficionados sobre el comportamiento de la corrida, recogidas al finalizar el festejo por “LcbRadio”, y que enlazo en la columna contigua.

domingo, 5 de octubre de 2008

MEDIA CORRIDA

La corrida que ha presentado Dolores Aguirre en la Feria del Pilar de Zaragoza ha sido media corrida. Tres y tres. Los tres primeros, por diferentes motivos, impresentables para una plaza de primera. Los tres últimos, con cuajo y leña en los pitones, marca de la casa. En general han resultado mansos, pero encastados y nobles.

El primero, que nunca tendría que haber salido al ruedo de "La Misericordia" porque lucía unos pitones más apropiados para el arte de la pintura de brocha gorda que para el arte del toreo, fue un toro con poder que, a pesar del fuerte castigo recibido en varas, se quedó crudo y desbordó a Mari Paz Vega en la faena de muleta, lo mató yéndose descaradamente por la tangente. El segundo fue un inválido. El tercero, cinqueño, fue el de más feas hechuras de la corrida, y con fundadas sospechas de haber pasado por la peluquería. Resultó un toro noble que en nada se pareció a sus hermanos, ni en el comportamiento, ni en los pitones, ni en el poder. Si no hubiese sido por la divisa que lucía podríamos haberlo confundido con uno de esos toros artistas que tanto abundan por nuestras plazas y que tanto gustan a las figuras. Aunque si apunta la ganadera por este lado, y consigue dotar a los toros como este de las hechuras de sus hermanos, quizá se le abran nuevos horizontes en un futuro no muy lejano.

Los que habían visto la corrida en los corrales decían que los tres últimos toros eran de aúpa, y así fue, porque estos tres toros si que estaban en el tipo de la ganadería: largos, hondos, con poder, con pitones y con esa mansedumbre encastada que hace que, como dice Félix, se mantengan en los medios si se les plantea la faena ahí.

El cuarto le debió de cambiar 'la color' a Mari Paz Vega en cuanto lo vio salir al ruedo. Se inhibió de la lidia y esta se convirtió en una capea de pueblo en la que el toro campaba por sus respetos. Fue masacrado en varas sin contemplaciones y llegó al último tercio herido de muerte. Aburrido del insulso trasteo de su matadora fue parándose hasta que se murió. No hubo ocasión de realizar la suerte suprema, de eso se habían encargado los picadores, y fue apuntillado.

El quinto toro recibió hasta ocho picotazos yendo de un caballo a otro y de un lado a otro del ruedo. Parecía un manso de libro, pero Iván Vicente le planteó la batalla en el tercio del tendido 3 y el toro allí la aceptó. El pitón bueno era el izquierdo y, sin dudarlo, después de sacar el toro de tablas, se echó la muleta a la izquierda y toreó al natural. Unos fueron mejores, otros peores, pero todos de verdad. No hubo una serie ligada ni rotunda y los tendidos no se calentaron del todo, pero había estado y lo había intentado, que no es poco.

El mejor toro de la corrida, en mi opinión, fue el sexto, "Burgalés" de nombre, negro mulato bragado, de 537 kilos y nacido en abril de 2004. En la primera vara, y empujando tan sólo con el pitón izquierdo, sacó al caballo hasta los medios, fue una vara larga y dura. La segunda que tomó también fue, además de trasera, fuerte. El tercio se cambio después de un leve picotazo. El toro quedó franco para la muleta y, a pesar del castigo recibido, con poder. Había que bajarle la mano, como a todos, y "Joselillo" se la bajó. Se lo llevó a los medios mandándole por bajo y el toro fue largo, codicioso y obediente, mejor por el pitón derecho, pero pecó de la misma enfermedad que su compañero, junto a muy buenos pases sueltos no hubo una serie ligada y vibrante que convirtiera los aplausos en ovaciones. En varios momentos de la faena estuvo en un 'tris' de conseguirlo, pero no pudo ser. Al final, el toro por encima del torero, aunque este no se arrugó y dejó buen sabor de boca.